sábado, 27 de marzo de 2010

oracion


Oración de consolación en el señor, en momentos de aflicción
El Señor me escucha cuando le llamo, tiemblen y no pequen mas; Señor tu eres grande, tu misericordia es eterna, el pecado habita en mi corazón, ¿Cómo librarme de tantos recuerdos? ¿Cómo sacar de mi corazón esos sentimientos enraizados que no me dejan caminar sin tambalear?, muchos no creen en mi, otros se burlan hablando, metiendo cizaña a los míos y a mi corazón que muy herido esta, no dejan que sane, ¿no podrá sanar?, se que el poder de Dios es grande, siento mi corazón quebrándose, no lo dejare, quiero, anhelo que todos estén bien, doblo mis rodillas a los pies del Señor pidiendo por mi familia, amigos y enemigos que sin buscarlos me han encontrado, me invade de tristeza y duda el alma, es aquí cuando dicen las escrituras que no hay mas amigo que el que da la vida por uno, y necesitamos amigos terrenos y también debemos saber que somos imperfectos; el Señor cuando pasa no pasa, porque cuando pasa se queda, en los afligidos, en los necesitados, ahora quiero que se quede con migo, quiero tener paz y transmitirla a los demás, no una paz ficticia, pero una verdadera, que a pesar de cuanta cosa pase podamos mantener nuestra confianza y esperanza en el Señor, en medio de tribulaciones, en medio de laberintos oscuros, portales que nos conducen a lugares oscuros, temibles inhóspitos.

Hay mucho por hacer, y no puedo decaer, hay mucho por hacer y me levantare, porque no por nada soy hijo de Dios, y aunque el mal quiera invadir mi mente, no lo lograra, porque vivo en Cristo, el Dios hecho hombre que ha vencido el pecado y que me fortalece, me castigo, me castigo el Señor pero no me entrego a la muerte y después de la tormenta viene la calma, aunque sé que aun estoy en el medio y oscurece mi vista y disminuye mis pasos, pero quiero, debo, daré pasos cortos pero seguros, porque camino en medio de una selva con chacales tras mis talones, muchos de estos fueron, dijeron ser mis amigos, amigos de frente, espadas traicioneras, dientes afilados, buscando el mejor momento para atacarme, atacar no para comer, solo para roer, destruir los lazos al Padre, aun con todo esto saldré victorioso, porque al que sigo no es un Dios de muertos sino de vivos y no dejara que mi alma perezca, aun hay mucho que recorrer, el camino es largo y muchos obstáculos por atravesar, al final la verdad triunfara, el camino, la Verdad y la Vida que es Cristo Jesús. Amén.
Maynor Ballesteros
Misioneros de Cristo

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