viernes, 24 de diciembre de 2010

Evangelizar, tarea dura


Evangelización, tarea dura de realizar, pero un mandato celestial, como bautizados en Cristo no podemos decir no a esta tarea que se nos ha encomendado, ¿Cuánto por hacer? ¿Cuánto por cambiar? Ciertamente este cambio debe de comenzar por nosotros, por mí, por los que hemos sido escogidos para llevar esta santa Palabra de Dios, palabra que nos conduce a la salvación.


Los errores en nosotros no es cosa fácil de ver, necesitamos amigos, hermanos, que nos ayuden a crecer para que nuestra predicación impacte más a los corazones que arden por escuchar, saborear y hacer suyas las palabras del señor.


Somos mensajeros de paz, si, con muchos defectos pero con ganas de hacer la diferencia en un mundo donde a Dios se le ha excluido, en donde lo santo que es su nombre simplemente lo han dejado en el pasado, y hasta como un tabú, donde parece que en nuestro medio ya no se permite mencionar su bendito nombre.


Con todos estos retos debemos de buscar ser misioneros verdaderos, en donde nuestro centro sea Cristo Jesús y nadie más que él, que tengamos el valor de llevarlo a todos los sedientos sin importar dónde ni con quien estemos, incluyendo lo que tengamos que afrontar, esto es lo que nos va a distinguir de ser una persona cualquiera y repitiendo como San Pablo, vivo en el mundo pero no soy de él.


No nos cansemos de doblar las rodillas ni de implorar el auxilio del señor, que será el único que nos llenara de un gozo verdadero y esto hará en nosotros unos modelos para quienes nos escuchen y vean, y así, el mensaje de Cristo será proclamado, enseñado con todo nuestro Ser.

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