lunes, 27 de diciembre de 2010

El tiempo va de prisa.



El tiempo va deprisa sin verlo pasar, nuestro cuerpo y mente va envejeciendo y solo Dios y yo sabemos cómo estoy en la preparación para partir de este mundo, ¿qué he hecho para servir a Dios? Y desde luego si lo he hecho, ¿Cómo? Y ¿Por qué? Cabe la pregunta también ¿Qué estoy haciendo concretamente para buscar el reino de Dios?


Debo saber que mis errores pasados tienen que ver mucho en mi presente, pero si vivo en amor y en una constancia en la oración todo eso que me atrapaba quedara en el pasado y así podre emprender libre de ataduras el camino hacia el Padre.


Toda mala acción tiene una consecuencia, tanto para mí como para los que me rodean.


Toda buena acción tiene un premio y esto hará que mi vida brille y contagie con este don a todos los demás, debo de luchar sin parar para buscar las cosas de arriba, debo de insistir como dice san Pablo a tiempo y a destiempo, arriesgándome a darlo todo viviendo en radicalismo sin igual, para mostrar que Cristo vive en mí, haciendo su obra salvífica utilizándome para que otros lleguen hasta donde El permanece en espera, para concedernos lo que nos hizo ganar con su muerte en la Cruz, el Reino de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario